Por la radio se oye el “jingle” publicitario de la lotería estatal. Anuncian que el premio asciende a $10 millones. Siente una necesidad incontrolable de jugar a la lotería. Como de la nada aparece un folleto en el buzón de su casa que le invita a participar en la lotería de un país extranjero, tal vez unoen Australia o Canadá, y a hacerlo por correo mediante la compra postal de billetes de lotería o de una participación en un grupo de billetes de lotería.
Tenemos un consejo muy importante para usted: No caiga en ese juego. Le contamos por qué: